El SalvadorLa segunda vuelta del proyecto de Ley de OSC en El Salvador, ¿será la vencida?
Aparece otra vez la reforma de la Ley de Asociaciones y Fundaciones Sin Fines de Lucro de la mano de la bancada legislativa de Nuevas Ideas. Ahora se trataría de un proyecto nuevo que pretende intervenir en la transferencia de donaciones o fondos públicos a las organizaciones no gubernamentales a través del Ministerio de Hacienda. O una pieza más de la “guerra contra la corrupción de Bukele”, según la diputada oficialista Alexia Rivas.
Alexia es además la presidenta de la “Comisión Especial para Investigar el Destino Final de los Fondos que la Asamblea Legislativa ha aprobado para Organizaciones, Asociaciones y Fundaciones sin Fines de Lucro”. Esta comisión de nombre largo y composición 100% oficialista se creó hace más de un año para investigar qué pasó con unos fondos que la Asamblea transfirió a un conjunto de ONGs entre 2011 y 2020.
La comisión se mantuvo muy ocupada durante buena parte de 2022, mientras la lista de organizaciones se hacía más larga. Finalmente, en marzo de este año, publicó un informe con los nombres de aquellas que habrían recibido fondos públicos de manera irregular y con supuesta participación en casos de corrupción. ¿Querés conocer el informe? Nosotros también.
Volvamos ahora al proyecto, solo para recordarles que hay un antecedente. Allá por 2021, el oficialismo apuró un proyecto de “Ley de Agentes Extranjeros” que, entre muchas otras cosas, proponía la creación de un impuesto del 40% sobre cada transferencia del exterior que recibieran las organizaciones. ¿Agentes extranjeros? Sí, el objetivo general de ese proyecto era controlar a quienes fuesen o pudieran ser “controlados directa o indirectamente por un mandante extranjero” (las organizaciones de la sociedad civil entre ellos).
El impuesto fue una de las cosas que desaparecieron del texto en la medida en que avanzó el debate, alrededor de 6 días de tratamiento en comisión. Varias veces estuvo a punto de llegar al recinto, pero al final no pasó. Unos siete meses después supimos por un vocero del oficialismo que el proyecto “seguía en estudio” y que además “no era algo de otro mundo”.
Así que acá seguimos, atentos.